Un plan de estudios obsoleto, la precariedad laboral y la escasez de perspectivas profesionales en Canarias minan el futuro de los músicos de las Islas, muchos de los cuales tienen que migrar hacia Europa para encontrar un puesto de trabajo decente.
Antonio Méndez, director de la Orquesta Sinfónica de Tenerife desde la temporada 2018-2019. Fue galardonado con el premio Echo Klassik por su última grabación con la agrupación. Foto: OST.
Micaela Obregón, Thalía Bello, David Rodríguez y Johanna Betancor
Las Palmas de Gran Canaria - 02/07/2020
Canarias, en su condición de territorio insular alejado, cuenta a día de hoy con dos únicas instalaciones de alta cualificación para la formación musical: una localizada en Santa Cruz de Tenerife y otra en Las Palmas de Gran Canaria.
Los orígenes de ambos centros educativos esconden un largo recorrido histórico. Por un lado, Santa Cruz, en los albores de los años 30, fundó su primer conservatorio en lo que hoy en día es el edificio del Parlamento de Canarias. En el curso 1992-1993, con una expansión consolidada de las enseñanzas musicales, trasladó su edificio a la calle Pedro Suárez, su emplazamiento actual. Cristina Vargas Lasarte regenta la dirección del Conservatorio Profesional de Música (CPM) de Santa Cruz de Tenerife, mientras que Miguel Ángel Linares dirige las dos sedes del Conservatorio Superior de Música de Canarias (CSMC).
En Las Palmas, los inicios se retrasaron hasta los años 50. La Sociedad Filarmónica comenzó a principios de esta década las negociaciones con el Ministerio de Educación y Ciencia para elevar a rango de Conservatorio Elemental su academia de música. En los años 70, debido al aumento de matrículas en este centro, consiguieron la implantación del Grado Medio. Pero no fue hasta 1983 cuando la isla capitalina inauguró su primer Conservatorio Superior. Actualmente, el Conservatorio Profesional de Música de Las Palmas de Gran Canaria (CPMLPGC) es presidido por Fernando Bautista Vizcaino.
Entre los dos, albergan alrededor de 1229 estudiantes, quienes se inscriben para perseguir el sueño de convertirse en músicos profesionales. Durante cuatro años, estos alumnos reciben una iniciación al mundo de la música. Luego, otros seis años se invierten en la formación profesional con la que perfeccionan sus destrezas musicales. Después de ello, pueden acceder a los grados superiores en donde pueden formalizar una carrera, completando así un ciclo de 14 años de estudios musicales.
Pero, durante el camino, los egresados de enseñanzas superiores se enfrentan a una gran problemática. La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) estipula en el apartado 3 del artículo 54 que “los alumnos y alumnas que hayan terminado los estudios superiores de Música o de Danza obtendrán el título Superior de Música o Danza en la especialidad de que se trate [...] y será equivalente al título universitario de grado”. Es decir, que aquella titulación que se obtenga en cualquiera de los cursos superiores del Conservatorio es equiparable a la obtención de un grado universitario. No obstante, este valor brilla por su ausencia.
Las universidades y los conservatorios, el conflicto administrativo
Tal y como explica el jefe de estudios del CSMC de Tenerife, Leandro Martín, “es un conflicto histórico”. Asegura que, desde que entró en vigor la LOE, “las universidades demandaron que solo ellos pudieran otorgar títulos de grados y que los conservatorios no debemos tener esa potestad. Por tanto, quedamos en una especie de limbo en el cual nuestra titulación es algo así como un título superior que a todos los efectos equivale a un grado”.
A Martín le parece “bastante inapropiado”, pues considera que se parecen más a una universidad, ya que expiden títulos que pueden ser el previo a la conducción de un máster. Por ello, ve ilógico que se incluya al CSMC en la administración de Educación Secundaria, bajo la denominación de Enseñanzas de Régimen Especial por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.
Solo hay tres comunidades autónomas de España que no vinculan las enseñanzas superiores de música con la ESO y Bachillerato. En Valencia las administra el Instituto Superior de las Enseñanzas Artísticas (ISEACV), en el País Vasco, el Musikene y en Cataluña, la Escuela de Superior de Música (ESMUC). Esto es posible gracias a que se han refugiado en una asociación con capital privado donde dictan sus propias normas.
Un plan de estudios con carencias
Ambas sedes del CSMC, que mantienen un contacto continuo y fluido, comparten las mismas problemáticas. Uno de los cambios que contemplan es la renovación del plan de estudios en vigor. El jefe de estudios del CSMC de Gran Canaria, Ariel Segura, expone que “es mejorable en muchos aspectos. Ya se ha demandado durante varios cursos la revisión del currículum actual de nuestras enseñanzas”.
“De hecho, hemos redactado un nuevo currículum para la Consejería. Planteamos cambios sustanciales. Por ejemplo, pedimos que los estudiantes puedan cursar música moderna desde primero y no desde tercero. Es decir, que si eres bajista o guitarrista eléctrico, puedas hacer tus estudios de grado durante los cuatro años”, continúa Leandro Martín.
Tal y como explica el miembro del Equipo Directivo del CSMC de Tenerife “lo que ocurre ahora es que, si quieres hacer la modalidad de moderno con otro instrumento, como un clarinete, los alumnos tienen que cursar dos años de clásico para luego acceder a dos años de moderno. Por tanto, titulan con un grado inferior al que deberían tener si hubiesen cursado los cuatro años completos”.
Otra petición es que se abra la carrera de Dirección de Orquesta o Coro, pues no hay formación en Canarias en cuanto a esto. Según Martín, hay pocas comunidades en España que ofertan esta titulación. “Sin embargo, ¿cuántas bandas hay en Canarias? No sé si decenas o cientos, pero lo que sí sé es que los directores que acceden a ellas son músicos que tienen mucha antigüedad en la banda”, explica el jefe de estudios.
“Además, es sumamente económica porque comparte currículum con otras especialidades, por lo que la mayoría de créditos estarían cubiertos con los actuales docentes, y solo necesitaríamos a otro profesor que enseñe dirección orquestal cada año. Es decir, con un docente podríamos abrir una carrera nueva que conlleva bastante inserción laboral”, argumenta Leandro Martín.
Superior y Profesional solicitan infraestructuras propias
Pero el currículum académico no es el único problema dentro de los conservatorios. Tanto el centro de Las Palmas como el de Tenerife demandan un edificio propio, ya que comparten las instalaciones con las enseñanzas elementales y profesionales. Esto supone un conflicto de planificación de los horarios y el calendario de exámenes, así como en el reparto de las cabinas para ensayar, ya que no hay suficiente espacio para todos. Los jefes de estudios de ambas instituciones explican que esto no se ha resuelto por la falta de fondos monetarios, pues Leandro Martín asegura que “proveer todo los recursos que necesitan dentro de las instalaciones es más caro que la infraestructura en sí”.
Las dificultades continúan. “Aquel que quiera hacer un postgrado musical, tiene que salir de Canarias, pero recordamos que el Conservatorio tiene potestad para impartir másteres”, afirma Leandro Martín. El proceso de implantar un máster implica muchos organismos, desde el visto bueno de la Consejería de Educación a la ANECA, que es a nivel nacional. Todo ello supone un proceso de dos años en el que, si no se inician los trámites desde que se incorpora el nuevo equipo directivo del centro, es muy difícil que se cumpla. No obstante, el jefe de estudios asegura que no tienen un estudio hecho al respecto, pero que sí nota “una cuestión idiosincrática de los canarios, pues están muy arraigados a su tierra”.
Ante esta situación, el servicio de Inspección de la Consejería de Educación no se ha pronunciado. Begoña González es la encargada de supervisar el CPM y el CSMC de Tenerife. Sin embargo, ante la carga administrativa que presenta el Gobierno de Canarias por la situación derivada de la pandemia de Covid-19, no ha ofrecido sus declaraciones.
Asimismo, respecto a las problemáticas de los cursos profesionales, tanto la directiva de los CPM del archipiélago, los representantes estudiantiles de ambas sedes y la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) grancanaria de este nivel educativo han rechazado ser entrevistados.
El mundo laboral musical, un futuro incierto
Aunque los centros presentan estas deficiencias, la mayoría de los alumnos consiguen superar los catorce años de formación para ser músicos profesionales. Sin embargo, los egresados se encuentran multitud de dificultades para insertarse en el mundo laboral.
Las principales salidas laborales son la docencia, dirección, musicología, interpretación o composición, entre otras. Lo cierto es que la opción de ser músico profesional es bastante alentadora en España. El Anuario de Estadísticas Culturales de 2019 destaca que el sector cultural representa un 3,2% del PIB en España y que el volumen de empleo cultural ascendió en 2018 a 690.300 personas. Lo que supone un 3,6 % del empleo total en el país en la media del periodo anual.
Leandro Martín confirma que “la mayoría de los egresados se dedican a la docencia”, pero que también tienen ex alumnos que siguen formándose y trabajando en países tan diversos como Italia, Alemania, Holanda o Gran Bretaña. Este es un puesto muy tentador, pues dependiendo de ciertos factores, como su antigüedad, un profesor a jornada completa en un Conservatorio canario puede alcanzar los 1.800 euros mensuales aproximadamente.
Asimismo, el miembro del equipo directivo de CSMC de Tenerife, garantiza que hay más estudiantes de música clásica que moderna, ya que también hay que tener en cuenta que siempre se ofertan más plazas de esta modalidad que de la última. El ingreso a las orquestas sinfónicas es una de las salidas laborales que más contemplan los estudiantes.
Pero tal y como explica Leopoldo Santos, director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife y presidente del Patronato Insular de Música, en los últimos cuatro años no ha habido ningún egresado del CSMC en la plantilla de la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), la cual es subvencionada por el propio Cabildo tinerfeño.
La Orquesta Sinfónica de Tenerife, un sueño imposible
Aquel que quiere entrar en la OST debe pasar primero por una prueba de selección pública. Una vez aprobada, se procede a entrar en una lista de reserva en la que los aspirantes se van incorporando a la OST a medida que los integrantes titulares de la orquesta salgan de ella, ya sea por jubilación o por baja del músico. Al acceder a la vacante, el aspirante se somete a un año de prueba dentro de su puesto laboral, en la que se valora las aptitudes del mismo para determinar su permanencia en la agrupación musical.
Las últimas listas se formularon entre 2016 y 2017, pero el director asegura que “pronto habrá que hacer otra”, pues dentro de cinco o diez años auguran la jubilación del 60 o 70% de la plantilla. Esto se debe a que, desde que se formó la Orquesta en 1935, ha estado compuesta por músicos casi de la misma edad. Por tanto, según Santos, “las pruebas de selección se hacen cuando son necesarias y, actualmente, no hay vacantes”.
Otra vía que contemplan los recién egresados es su inserción en la Joven Orquesta de Canarias (JOCAN), pero Leandro Martín explica que “no dan remuneración a sus integrantes”, así como que “a pesar de ser formativa y de pasar una prueba para acceder a ella, no incluyen a todos los que han aprobado y no está claro cómo hacen el proceso de selección”.
Para Kike Perdomo, saxofonista, presidente de la Asociación de Profesionales de la Música de Canarias (PROMUSIC) y profesor del CSMC de Tenerife, “no hay voluntad política para elaborar un convenio regulador de la música moderna. La predisposición únicamente existe para la sinfónica y clásica”. Sin embargo, Leopoldo Santos explica que las orquestas suelen ser organizaciones complejas que, en su mayoría, son financiadas con dinero público. Por ello, es más habitual que haya convenios colectivos. “Digamos que no hay una razón por la que la música clásica sea así y la moderna no, sino que son actividades especialmente distintas”, argumenta Santos.
Martín insiste en que, desde que existe el Plan Bolonia, “la educación está cada vez menos pensada para la inserción laboral”. En los centros es palpable la falta de formación empresarial en el alumnado. Jesús del Brío, Doctor en Administración y Dirección de Empresas y docente en el Máster de Gestión Cultural de la Universidad de Oviedo, manifiesta su apuesta por la necesidad de formar al emprendedor cultural.
Destaca que hay autores de la literatura académica que identifican que los artistas precisan formación empresarial, pues ahí radica su principal debilidad para lograr empresas culturales rentables. “El tipo de formación empresarial para el artista, el lugar donde se debe impartir y quién la debe impartir y sus posibles efectos en la consecución de objetivos empresariales deben guiar la investigación empírica en el futuro que explique el enfoque de la cultura hacia la empresa para sobrevivir”, puntualiza del Brío.
Canarios en Europa, europeos en Canarias: las dos caras de la moneda
Luis López, ganador del primer premio en el Concurso Internacional de Música de Belgrado.
Luis López es un tinerfeño que estudió en el CSMC de Tenerife y que actualmente realiza un máster de interpretación en la Academia de Música Ignacy Jan Paderewski en la ciudad de Poznan, Polonia. Esta es considerada una de las mejores a nivel educativo en toda Europa. Mientras en Canarias la matrícula oscila entre 300 y 1.000 euros, dependiendo de la etapa educativa, López destaca que en Polonia los estudiantes no pagan absolutamente nada por estudiar. “Por lo general, el gobierno cubre los gastos de la educación”, asegura el pianista profesional.
María del Carmen Hernández, presidenta del AMPA del CPM de Tenerife, contempla que estos precios pueden suponer una discriminación socioeconómica, ya que no todos pueden permitirse esta formación. No obstante, Ariel Segura discrepa. “Afortunadamente con el sistema de Becas del MEC, las propias Autonómicas y algunas entidades insulares como el Cabildo, no se puede decir a día de hoy que quede alumnado sin tener opción a realizar estos estudios.”, concreta el jefe de estudios del CSMC grancanario.
De igual modo, López considera que los conservatorios de Canarias no ofrecen una formación óptima, pues conoce a estudiantes con mucho talento que no han podido llegar a sus expectativas “debido al nivel de enseñanza que se aplica en dichos centros”. Asimismo, recalca que el CSMC de Tenerife presenta muchos problemas.
De entre todas las dificultades, personalmente destaca la falta de organización de las prácticas externas y la ausencia de oferta de másteres en el conservatorio, lo que provoca la migración de muchos estudiantes al extranjero. “Recuerdo que tuve que ir personalmente junto con otro compañero a hablar con el gerente del Paraninfo para poder establecer un acuerdo de prácticas externas, cuando realmente debería ser el conservatorio quien tendría que ponerse en contacto y no los estudiantes”, asegura López.
El 26 de junio de 2020, Matías Reverb lanzó su primer disco en solitario titulado Back Home.
La otra perspectiva la ofrece Matías Reverb, un filólogo y guitarrista profesional alemán que a lo largo de su vida ha mantenido un pleno contacto con la música. Nunca ha hecho una diferencia entre su etapa estudiantil y laboral, ya que siempre ha formado parte de diversas asociaciones y grupos de música clásica, jazz, punk y rock, entre otros. Su iniciación al instrumento la adquirió en Alemania y en 2017 vino a Canarias para continuar su formación. “Desde el minuto uno he podido estar en contacto con mi guitarra”, indica el músico. Esta es la principal diferencia con Canarias, pues en las Islas se necesitan dos años de formación musical teórica previa para poder aprender a tocar un instrumento.
Gracias a su experiencia como estudiante en el CSMC, reconoce que la carga lectiva del centro es difícil de compaginar con otras actividades. Reverb estima que el método de enseñanza no es el adecuado. “La mayoría de los profesores creen que el alumno debe de pasarlo mal para poder aprender. No hay evidencia pedagógica que respalde esa forma de enseñar”, apunta el guitarrista.
Esto que comenta Reverb se refleja también en Violencia psicológica en la educación musical actual en los conservatorios de música de Basilio Fernández, profesor de piano en el CPM de Valencia y Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia. El doctor pone de manifiesto que “en la mayor parte de la enseñanza instrumental se establece siempre una interacción entre el carácter del profesor y la personalidad del estudiante. Con lo cual, existe una diferencia de poder entre ambos roles, consideradas tradicionalmente como el binomio fundamental en cuanto a la violencia psicológica en los centros escolares”.
¿Financiación ajustada a las necesidades?
La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias es la encargada de gestionar la financiación de estos centros educativos. El Ejecutivo regional asumió la titularidad de los Conservatorios Superiores de Tenerife y Gran Canaria en 1998 mediante los Decretos 50/1998 y 74/1998, respectivamente. Años más tarde, con el Decreto 137/2002, se fundó el actual Conservatorio Superior de Canarias en 2002.
Durante el último curso académico, dicha Consejería invirtió 46.182.874 € en las Enseñanzas de Régimen Especial, de los cuales 431.896 € se adjudicaron específicamente a los conservatorios del archipiélago. Sin embargo, este presupuesto lleva estancado en esta cifra desde 2013. El máximo histórico se alcanzó entre los años 2006 y 2010, con 616.551 €. Desde la propia Consejería, no han respondido acerca de estas fluctuaciones en las cuentas.
Canarias se sitúa dentro de la media de inversión en este tipo de enseñanzas en España. No obstante, no se puede hacer una comparativa rigurosa de las partidas destinadas a los conservatorios de otras regiones nacionales, ya que las demás Comunidades Autónomas no detallan en sus Presupuestos Generales las cantidades concedidas a estos centros educativos.
Leandro Martín sostiene que el limbo que significa estar entre la secundaria y la educación superior torna difícil que comprendan sus necesidades. “No siempre las herramientas diseñadas para la secundaria o la universidad nos sirven a nosotros. Pero tenemos una buena dotación. En nuestro centro se ha invertido mucho más que cualquier otro instituto de Secundaria. El problema es que cuando una administración entiende esto, hay unas elecciones, cambia toda la administración y tenemos que volver a empezar este proceso”, relata el jefe de estudios del CSMC de Tenerife.
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